lunes, octubre 20, 2008

Día 1 del Juicio Histórico en San Luis





Desde las 8 de la mañana empezaron a llegar personas a la esquina del Correo Central para asistir al primer juzgamiento a los represores de la dictadura en San Luis y en Cuyo que estaba previsto para las 9. Un momento histórico, comienza el fin de la obscena impunidad de 32 años de los asesinos, torturadores y “desaparecedores” de Graciela Fiochetti, Santana Alcaráz, Pedro Valentín Ledesma y Víctor Fernández.

La APDH e integrantes del MEDH de Mendoza, dos organismos que jugaron un rol valiente, constante y fundamental para llegar a este momento, estuvieron presentes con carteles y pancartas con las fotos de las víctimas que repartieron entre los que iban llegando.
Pasaban los minutos y se multiplicaban los abrazos de reencuentro entre amigos, ex detenidos, familiares y jóvenes estudiantes que fueron vistiendo de ruido y color la esquina de Illia y San Martín con banderas y tambores.


Por la trascendencia del acontecimiento, funcionarios y autoridades de organismos de DDHH presenciaron el inicio de este juicio: el Secretario y el Subsecretario de Derechos Humanos de la Nación, Dr. Eduardo Duhalde y Dr. Luis Alén; la Dra. María Elba Martínez acompañando al abogado querellante Dr. Enrique Ponce; las Abuelas de Plaza de Mayo Buscarita Roa y Clelia M. de Fontana; Nora Cortiñas de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; Inés Isaguirre, Presidenta de APDH central; “Pocha” Camín y Elba Morales del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos; el senador nacional del Frente Juntos para la Victoria Ing. Daniel Pérsico; el Rector de la Universidad Nacional de San Luis, José Ricardo.



Pasadas las 9, el presidente del Tribunal, Dr. Raúl Rodríguez dio inicio al debate con la identificación de los acusados que se debieron incorporar ante la mención de sus nombres. Inmediatamente, tal como está estipulado, se comenzó la lectura del Requerimiento de Elevación a Juicio por parte de la Secretaria.
Las autoridades ocuparon un estrado central frente al público, mientras que ubicados lateralmente, por un lado se encontraba la parte acusatoria: la fiscal, y la querella (el Dr. Ponce y los familiares y Carlos “Gringo” Fernández), y por el otro, en tres hileras, los abogados defensores, los 5 represores a enjuiciar y detrás de éstos, los agentes federales encargados de la seguridad.

Los 40 lugares para el público fueron ocupados por las autoridades mencionadas y familiares, tanto de las víctimas como de los represores, repartidos en ambas mitades del espacio separadas un pasillo.
Hasta las 14 y solamente interrumpido en tres breves cuarto intermedios se escuchó el relato de los hechos imputados a los cinco ex miembros de las fuerzas de seguridad, quienes en distintos momentos intercambiaron comentarios con sus abogados. El ex capitán Plá -tristemente recordado por su sadismo-, ubicado en el extremo de la fila de acusados, junto Víctor David Becerra, se mantuvo altivo, erguido, de brazos cruzados mostrando gestos de sarcasmo ante cada párrafo que lo mencionaba.
Becerra, claramente deteriorado, excepto algún acercamiento a su antiguo superior cuando éste le hablaba, permaneció encorvado y empequeñecido en su asiento. El resto se mantuvo atento a la lectura sin expresiones evidentes.


Mientras tanto, la sala del entrepiso -conseguida a último momento-, siguió mostrando las fallas de la imprevisión, ya que el público no pudo escuchar buena parte del principio del debate, debido a la falta de audio de la pantalla allí instalada. Eso fue hasta que el malestar creció hasta unificarse en aplausos sostenidos de protesta, luego de los cuales la falla técnica fue rápidamente subsanada.
En ese espacio amplio convivieron periodistas y público en permanente movilidad, siguiendo los pormenores de la prepotencia y el ultraje vivido en San Luis hace tres décadas atrás, cuando el país estuvo a merced del horror en manos del estado.
Llegado al tercer capítulo de la acusación, el presidente del Tribunal dio por finalizada la primera jornada de audiencias hasta mañana a las 9:00 cuando se termine la lectura acusatoria, “los capítulos 4 a 6”, informó el Dr. Rodríguez.

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