lunes, diciembre 01, 2008

17ª jornada de Juicio Histórico. Declararon los testigos Oscar Alcides Trepín y Ricardo Angle

“Becerra mandaba”
En la mañana de hoy, y luego de varias ocasiones pospuestas, prestaron declaración dos de los hombres de La Toma que fueron detenidos en la primavera de aquel nefasto septiembre 1976.
Oscar Alcides Trepín, quien era inspector de la Delegación del Ministerio de Trabajo relató que en la madrugada del 21 de septiembre se encontraba durmiendo con su familia (su esposa estaba embarazada) cuando se encontró rodeado de policías y militares que allanaban con violencia su domicilio. Habían entrado por una puerta del patio que estaba abierta porque su hijo de 13 años esperaba a sus amigos para ir de picnic.

“Becerra comandaba el operativo y el agente Mansilla hizo el acta”, afirmó. Los reconoció su esposa que era radioperadora en la Comisaría.
En una clara muestra de la impunidad con que se manejaban las fuerzas de seguridad, Trepín contó que Becerra se atrevió tomar de su mesa de luz, cartas “que le había mandado a mi señora”, y sentado en la cama matrimonial comenzó a leerlas.
A punta de pistola fue llevado detenido a la Comisaría de La Toma por hombres que portaban armas largas. Al llegar, dijo que escuchó el llanto de Graciela Fiochetti.
De los policías sólo reconoció a uno que llamaban “Negro” Orozco y recuerda También que nombraban a Dana.

A Trepín lo pusieron de pie contra una pared y con las manos en la nuca. Allí fue torturado.
“Al rato trajeron a Fernández, después me vendaron los ojos con trapos y estuvimos así hasta que nos llevaron por la galería hasta el fondo donde había una oficina, un escalón y nos subieron a un camión del Ejército donde nos pusieron boca abajo”. Dijo que creyó reconocer que en el vehículo iba Graciela Fiochetti y supo que iban hacia San Luis cuando pasaron sobre las vías del tren. Después de aproximadamente dos horas “me arrastran y me bajan, me sacaron las vendas y por un rato todo lo que veía era un punto rojo. Ví que estaban Graciela y Fernández”. A quienes dijo liberaron la noche del 21 o madrugada del 22. “Graciela, al principio no quiso firmar el acta de libertad, pero corrigen algo y firma”. Vio que se los llevaron dos personas de civil. Preguntado sobre el estado de ambos, contestó “imagínese cómo estábamos”. En otro momento señaló “magullados”.

“¿Esta es la herencia que les dejó el “Juancho”?”
Trepín dijo que en la Jefatura no fue interrogado, pero le decían cosas en relación a las inspecciones laborales, por ejemplo en la Avícola San Miguel donde había señalado algunas faltas en las condiciones de trabajo. “¿Así que vos perseguís a la patronal?”, lo cuestionaron.
-“Lo nuestro es hacer cumplir la ley”, dijo que contestó.
Y le retrucaron “¿Esta es la herencia que les dejó el “Juancho”?”

Cuando le concedieron la libertad pidió una constancia para presentar en su trabajo y el oficial Lucero, tras consultar, se la dio. Quiso leer el contenido del acta de su libertad pero no lo dejaron, “me dijeron que me fuera rápido porque podían cambiar de idea”.
En un momento de su declaración reveló: “Fue horroroso, aún no puedo entender”.


Ricardo Angle: "Todo se basaba en mi condición de peronista"
Esa fue a la conclusión a la que llegaron Angle y los otros viejos peronistas de La Toma para explicar sus detenciones al inicio de la dictadura, dijo en la audiencia.
Hasta fines de abril de 1976, Ricardo Angle había sido empleado administrativo de la Policía, momento en que “me dejaron cesante sin explicación”.
Lo detuvieron en dos oportunidades: La primera vez fue llevado a la Comisaría 3ª y luego al Juzgado Federal desde donde lo liberaron.
La segunda, en septiembre de 1976. “Vengo a San Luis a cobrar el cheque del último sueldo y cuando estaba en la Terminal, a la 5 de la mañana (para regresar a La Toma) desayunando llegó un camión con unos soldados que se acercaron a la mesa y me llevaron a la Central de calle San Martín”.Alrededor de 3 días después me liberan”. Era el 21 de septiembre de 1976, la misma madrugada que militares y policías convulsionaron el pequeño pueblo de La Toma en un operativo en busca de “subversivos”.
Luego supo por su esposa que como a Graciela Fiochetti, Víctor Fernández – quien vivía en la casa del al lado- y a Oscar Trepín, también a él lo habían buscado esa madrugada en su domicilio, que fue allanado con violencia. “Habían rodeado la manzana, dieron vuelta todo, entraron en tropel”. También allanaron la casa de su suegra donde tenía una oficinita.
Sus padres y su cuñado lo buscaron de inmediato en todas las comisarías de San Luis pero se encontraron con la misma respuesta en todas: “no está, no está”.
Estuvo detenido e incomunicado, parado contra la pared, hasta el día 22 a las 13 horas cuando lo liberaron.
En la Jefatura vio al resto de los detenidos de La Toma y dijo que a Graciela Fiochetti y a Fernández los liberaron entre la noche y la madrugada del 22.
No identificó a ninguno de los hombres en la Jefatura, pero dijo que había personal de civil, militares y policías.
Dijo que su madre había acudido al Obispo Laise "como último recurso".Le contó que el sacerdote levantó un teléfono, habló algo y luego le dijo "quédese tranquila señora, su hijo va a salir en libertad, y así fue".


Al final de la audiencia, la secretaria del Tribunal leyó declaraciones de personas fallecidas, de la señora Laura Álvarez, madre de Graciela Fiochetti,y de testigos y empleados policiales de La Toma.

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