viernes, noviembre 28, 2008

Juicio Histórico:16ª jornada. Declaración del Coronel (r) Dana y ex policías

Pasadas las 11 de la mañana, y luego de 9 días de suspensión de las audiencias en que se juzgan delitos de lesa humanidad cometidos por ex militares y policías durante la última dictadura militar, se reanudó el debate oral y público.
“Se resuelve rechazar el recurso de Casación interpuesto por el Dr. Vidal y continuar con el normal desarrollo del debate hasta su finalización” fue la decisión que anunció el TOF al reiniciar las audiencias. El anuncio respondía a la recusación al Tribunal en pleno, interpuesta por el abogado defensor de los imputados Carlos Esteban Plá y Víctor David Becerra, quien primero en la audiencia del 17/11había recusado al juez Burad y que también había sido rechazada.
Aunque el planteo de apartar a uno de los miembros del Tribunal había sido dirigido al Tribunal de Casación, el día 24 de noviembre, la Sala 4 de dicho Tribunal consideró que el planteo debía ser resuelto por los integrantes del mismo Tribunal Federal de la provincia “atento al momento que transita el trámite de la causa tratándose de una recusación fundada en la actuación e intervención de un integrante del Tribunal durante el desarrollo del debate”…”tal como ha sido dispuesto en otros casos”.
Por otra parte, se anunció la decisión de que los miembros del Tribunal puedan ejercer en forma alternada la presidencia del mismo.

Declaró el Coronel (r) Horacio Ángel Dana
Lo hizo en calidad de testigo propuesto por la querella, la fiscalía y los abogados defensores.
El ex Teniente Primero contestó que en septiembre de 1976 se desempeñaba como Jefe de la Batería A (Sub unidad) del GADA 141, desde enero de 1976 hasta noviembre de ese año, y que “dependía de mi Jefe de Grupo” (el entonces Teniente Coronel Juan Carlos Moreno), y recordó que “en 1976 el país vivía un momento muy difícil por lo que eran frecuentes los operativos de seguridad que realizaba el GADA” (patrullajes, control de rutas) y estaban “aprestados” en forma permanente. En ese marco (la llamada “lucha contra la subversión”) admitió que tuvo a su cargo el operativo en La Toma, ordenado por su superior, del que sólo sabía que “debía detener, trasladar y entregar a la Policía a 3 o 4 personas sospechosas de pertenecer a la organización subversiva Montoneros”. Lo hizo con “un grupo heterogéneo” de 100 hombres que se trasladaron a la localidad en camiones. Señaló que la Policía provincial, de la que sólo recuerda al Comisario Becerra (y no a Plá), también acudió a esa localidad, pero en forma independiente del Grupo y adelantándose, y que eran quienes les proveyeron los nombres y los domicilios de las personas a detener.

A diferencia de lo declarado por los detenidos y sus familiares, Dana describe los allanamientos y detenciones, sin violencia, tal como rezan las actas labradas -en las reconoce su firma-, aunque admite la “forma enérgica” que revistieron. “Hicimos los reconocimientos para identificar cada domicilio, se rodearon, e intimamos a las personas antes del amanecer, presentándonos como Ejército Argentino”.
Para demostrar su lejanía de la responsabilidad por los destinos de los detenidos, dijo que sabía que fueron “la señorita Fiochetti, Trepin, Angles y Fernández, por la crónica periodística, sino, no sabía”.
Y en contradicción con todo lo expuesto hasta ahora, aseguró que viajaron a San Luis sin ser vendados y que hasta su entrega en la Jefatura de Policía –donde asegura que terminó su misión- “estaban en buenas condiciones físicas”.
El operativo, que tal como admitió Dana, no tuvo resistencia alguna y en el que tampoco se hallaron armas ni “material subversivo”, fue reportado como “Sin novedad” (“sobre el personal, sobre los vehículos, sobre el armamento”) a la superioridad.

Al igual que el resto de los involucrados en aquel período el ex Jefe de Batería también recurrió a los conocidos “No me acuerdo”, “Han pasado 32 años”. Otro escollo para el conocimiento de los hechos señalado fue su baja jerarquía de entonces; y de lo poco que sabe o recuerda, la mayor parte la ha obtenido de “la crónica periodística”. Sin embargo, se esperaba mucho más, dado que ha sido señalado como uno de los que mató a Graciela Fiochetti en Las Salinas del Bebedero.

Contradicciones
Dana negó rotundamente lo declarado por el ex oficial Juan Carlos Pérez, que afirmaba que tras la liberación de Graciela Fiochetti, la vio salir de la Jefatura acompañada por el Teniente Primero Dana. “Es totalmente falso y una infamia total”, sostuvo ofuscado.
Tampoco aceptó lo dicho por el ex capitán Plá. Que en una reunión mantenida en 2006 entre los imputados en la causa, Dana había manifestado “Me estoy comiendo un garrón”. Esto justificó un pedido de careo por parte del Dr. Mercado, defensor de Fernández Gez.

Testimoniales de los ex agentes policiales cabo de la Policía Juan Amador Garro, Comisario Omar Correa y el chofer Jorge Félix Natel.

En 1976, Juan Amador Garro se desempeñaba como cabo del D2, el Departamento de Investigaciones de la Policía al mando del Comisario Víctor David Becerra, e integrad -según recuerda el testigo- por entre otros, los oficiales Juan Carlos Pérez, Valdéz, Gómez, Ricarte, Calderón y Velázquez. Éste último, -recordó-“era un fantasma, aparecía y desaparecía sin rendir cuentas a nadie”.
A diferencia de lo que otros testigos sostuvieron, niega que VeláZquez fuera el chofer de Plá. Los choferes que mencionó fueron Natel, Lucero, Rosso e Ingolingo.
Coincide con los policías que han testimoniado en que las órdenes (en las “acciones antisubversivas”) las daba el Ejército, mientras que la Policía sólo daba apoyo o colaboración, como cuando fue comisionado junto a Calderón y Velázqez para retirar los cadáveres de la morgue del Policlínico y llevarlos al Cementerio del Rosario para ser enterrados como NN. Recuerda que había 2 fosas, pero no pudo precisar el lugar. Sí recordó que los cuerpos estaban negros, rígidos y sin ropa, y
dijo haber escuchado comentarios de que uno de los cuerpos era el de Graciela Fiochetti que estaba desaparecida.
No recordó a los detenidos en La Toma ni a Pedro Ledesma, aunque supo de su desaparición por una lista que estaba expuesta en la Jefatura en la que también figuraban Arrostito, Arrabaolaza y Roberto García que era su amigo.

Operaciones
El 20 de septiembre de 1976 participó como consigna del allanamiento en la casa de Agüero, en donde el retén montado en las cercanías -relató- dio la voz de alto a un vehículo del que se bajó uno disparando e hirió a un soldado, y luego murió por las esquirlas al impactar un proyectil en la boca del arma del “sanjuanino” (Raúl Cobos). “Las otras personas, Ledesma y Sarmiento fueron detenidas por el Ejército y no los vimos más”, contó.
La misma noche del 20 allanaron la casa de Ledesma; una operación del Departamento de Operaciones (D3), cree que a cargo de Albizu. Asegura que a Plá no lo vio. “¿Qué resultados tuvo?” le preguntaron. “Nada”, contestó y no sabe quién hizo el acta.
Recibió al día siguiente al padre de Ledesma en el hall de la Jefatura y contó que se presentó muchas veces, aunque no sabía quién daba la orden para atenderlo.
También recordó haber sido llevado como consigna a Las Salinas “pero nunca supe nada”, “ellos nos bajaron y siguieron adelante y volvieron después de media hora y nos fuimos”. También en esa ocasión niega la presencia de Plá.
Dentro de estas acciones, dijo haber llevado detenida a Mirtha Rosales. Y aseguró que nunca vio interrogatorios ni torturas, ni sabe si hubo detenidos en “La Granja”, aunque el juez Cortéz le recordó que en su declaración de 1986 había dicho que en la Comisaría 2ª -donde los dejaban apostados- suponía que llevaban gente para ser torturada.

Omar Gerardo Correa se desempeñó en la Policía desde 1963 hasta 1987. En 1976 era oficial.
En su declaración testimonial fue preguntado por la querella respecto de un informe sobre la detención en el D2 de Graciela Fiochetti, que le fuera solicitado por un superior -ya en tiempos de democracia-. Contestó que se revisaron los libros de Guardia, pero no figuraba que hubiera estado detenida.
- Pero sí hubo un acta de libertad- dijo el Dr. Ponce- donde agrega un oficio firmado por usted.
- Puede ser - Contestó el testigo.
Luego de que se le exhibiera la documentación aludida, Correa admitió: “Con Serrano y Miní buscamos cosas que se agregaron. Ahí encontramos el acta de libertad”. Recordó que por oficio de un juez recabó esta información que fue remitida a la Justicia.

Jorge Félix Natel
En el período investigado, se desempeñaba como chofer con grado de agente en el D2, donde tenía como superior al Comisario Becerra.
Mencionó algunos de los compañeros de trabajo: Garro, Alaniz, Lucero, Calderón, Ingolingo y Velázquez “que salía y entraba sin función” y “recibía órdenes de Becerra”.
Aunque en su declaración ante el juez González Macías en 1986 dijo saber de detenidos traídos del interior de la provincia y que " a los detenidso les tomaban declaración Ricarte y Orozco"; esta vez declaró saber sólo por comentarios acerca del operativo y los detenidos en La Toma, y el hallazgo de los cadáveres en Las Salinas del Bebedero.
En relación al conocimiento de detenidos, sólo recuerda a Sarmiento –que era su vecino- y que fue llevado al D2 al día siguiente del enfrentamiento de Cobos con las fuerzas militares y policiales. También afirmó “ví que entraban y salían Moreno, Plá y Becerra”, aunque aclaró que no era habitual que llegaran militares, al menos en su turno.
Dijo que Pérez era el “Segundo Jefe, Subcomisario, era de escuela”, que interrogaba; que el chofer de Plá “era un colimba”. Pero no recordó si llevaban gente detenida al Casino de Oficiales y que desconocía "La Granja" y "La Escuelita".

El Tribunal anunció para el próximo lunes la citación a declarar a Oscar Trepín y Ricardo Anglé y la lectura de las declaraciones de las personas fallecidas, entre las que está la de doña Laura Álvarez, madre de Graciela Fiochetti.

Al no ser mencionada la declaración de Jorge Hugo Velázquez, el Dr. Ponce señaló la falta, a lo que el Dr.Vidal (defensor) contestó que él había pedido que no se leyera. El Dr. Ponce le señaló que su pedido había sido hecho extemporáneamente (fuera de término) ante lo que el juez Nasif explicó que "una cosa es la lectura y otra la valoración para la sentencia".

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